2022 enero

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Fecha: 21 de Enero 2022

 

Fortalecimiento institucional y mayor control a los actores del mercado de valores de Ecuador son algunos retos que tiene el sector, que busca ser más dinámico.

El mercado de valores en Ecuador espera mantener la tendencia al alza en sus negociaciones, que se elevaron 32% entre 2020 y 2021.

Aunque para que su crecimiento sea sostenible el mercado deberá trabajar en cinco retos, según dos expertos consultados por PRIMICIAS.

Para ello son necesarias reformas, que se espera sean contempladas en el proyecto de ley de inversiones anunciado por el Gobierno el cual abordaría al mercado de valores.

 

 1. Fortalecer las instituciones

Pese a que las negociaciones en bolsa han crecido, estas podrían ser mayores, pero el mercado de valores ecuatoriano ha tenido que enfrentar dos escándalos desde 2020.

Uno de ellos ha sido protagonizado por las empresas Ecuagran y Delcorp, que registran millonarios impagos por la negociación de facturas comerciales y obligaciones corporativas.

El segundo escándalo es el desfalco al Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol), por más de USD 900 millones.

En el atraco al Isspol son investigados exmiembros del Depósito Centralizado de Compensación y Liquidación de Valores (Decevale). También lo están exautoridades de la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG), y casas de valores.

Para el mercado bursátil, el Decevale es una institución importante, pues se encarga de realizar operaciones de compensación, liquidación y custodia de los valores negociados.

Esos escándalos han hecho que el mercado deba recuperar la confianza. Para ello, “se tiene que fortalecer la supervisión y las instituciones”, dice Fernando Simó, presidente de la Asociación de Casas de Valores (Asocaval).

Agrega que, en parte, eso se ha logrado con los cambios de administración en las bolsas de valores del país en 2020 y 2021.

2. Calificaciones de riesgo adecuadas

El fortalecimiento de las instituciones también aplica para las calificadoras de riesgo, sostiene Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la UDLA.

¿Por qué? Mosquera explica que eso se debe a que:

  • Hay calificadoras que no tienen una metodología fuerte para evaluar.
  • Existe conflicto de interés porque las empresas que son calificadas a su vez son quienes pagan a la calificadora de riesgo por el servicio.

Ese conflicto de interés condiciona una calificación de riesgo que permite a una empresa a salir al mercado, sostiene Mosquera.

Eso ha derivado en el predominio de calificaciones de riesgo AAA, que significan “excelente capacidad para cumplir las obligaciones de capital e intereses”, pero que, ante cualquier problema, inmediatamente pasan a “default” o no pago.

“Alguien está haciendo mal su trabajo si todas las calificaciones son AAA o AA y al poco tiempo los emisores caen en mora y desaparecen los gerentes”, dice Mosquera. Eso ocurrió con Ecuagran y Delcorp.

Mosquera sostiene que para evitar esos escenarios se necesita mayor regulación en la gestión, la metodología y la operación de las calificadoras de riesgo.

 

Según ley de Mercado de Valores, la calificación de riesgo es la “opinión que emite una calificadora de riesgo sobre la solvencia y probabilidad de pago que tiene el emisor para cumplir con los compromisos provenientes de sus valores de oferta pública”.

 

3. Más renta variable

Otro reto del mercado de valores es aumentar el volumen transado en renta variable, que es la base del crecimiento de las compañías, dice Simó.

En Ecuador los papeles de renta variable son las acciones y los certificados de aportación, que representan la participación de los socios en el capital social de las mutualistas.

La renta variable es un tipo de inversión en la que la recuperación del capital y la rentabilidad no están garantizadas, ni son previamente conocidas.

En 2021 los títulos de renta variable representaron apenas el 0,25% del total de volumen negociado en el mercado de valores ecuatoriano, que ascendió a USD 15.702 millones.

 

Negociaciones mercado de valores

En millones USD

La falta de negociaciones de renta variable se debe a que hay pocas empresas listadas en general en bolsa.

En 2021 apenas 322 firmas negociaron en bolsa, lo que es igual al 0,27% de las 119.360 empresas constituidas en el país.

La poca negociación de instrumentos de renta variable deriva en un mercado poco líquido y poco profundo.

“Se entiende por liquidez a la capacidad de vender o comprar un activo financiero a través de bolsa en condiciones similares a la última negociación. Y la profundidad se refiere a la facilidad que tiene un inversionista para comprar o vender instrumentos financieros de volúmenes considerables”, explica Mosquera.

Los dos expertos consideran que para dinamizar la negociación de papeles de renta variable se necesita un mayor número de jugadores en el mercado, para lo cual se requieren reformas que hagan atractiva la inversión en el país.

   4.  Inversionistas grandes y extranjeros

Mosquera y Simó agregan que no solo debe aumentar el número de inversionistas, sino que estos deben ser grandes, como son los fondos de pensiones públicos y privados.

Un fondo de pensiones gestiona los flujos monetarios de los planes de pensiones.

“Los fondos de pensiones, como el gestionado por el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), son los que potencian las bolsas en el mundo”, afirma Simó. Durante el segundo semestre de 2021, el Biess fue poco activo en el mercado de valores.

“El Biess dejó de hacer transacciones en bolsa a fines de junio y recién las retomó en diciembre”, dice Simó, quien agrega que se trata de un inversionista crucial para potenciar el mercado de valores, porque tiene un portafolio de más de USD 21.000 millones.

También el mercado necesita inversionistas extranjeros, asegura Mosquera, los cuales inyectan recursos a la economía dolarizada del país.

Inversionistas extranjeros han reducido en los últimos años su participación en renta variable. Algunas razones son la inseguridad jurídica y la falta de dinamismo del mercado, que hace que las tasas de rendimiento sean más pequeñas frente a las de otros países.

Limitaciones como la falta de dominio del inglés entre los asesores locales que deberían atender la demanda de los inversionistas internacionales es otro problema.

“Los pocos inversionistas extranjeros interesados en el mercado ecuatoriano se enfrentan a un problema de oferta de servicios financieros”. Santiago Mosquera, UDLA

  5.  Integración con otros mercados

Si todos los otros retos se logran Ecuador puede aspirar a una mayor integración bursátil con el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), para negociar con las bolsas de los cuatro países miembros que son los mismos de la Alianza del Pacífico.

Eso teniendo en cuenta que una de las metas de Ecuador en 2022 es ser miembro pleno de la Alianza del Pacífico, bloque comercial conformado por Colombia, Chile, México y Perú.

Aunque lograr la integración bursátil de Ecuador no será fácil, teniendo en cuenta que hay normativas, como el impuesto a la salida de divisas (ISD), que hacen que el país sea poco atractivo para ser aliado en los mercados financieros internacionales.

Por eso, “se necesitan reformas que inserten al mercado de valores del país en la región. Hemos estado aislados de los mercados de valores regionales, lo que ha hecho que no crezcamos con el mismo dinamismo”, afirma Simó.

Fuente: Primicias


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Fecha: 10 de enero 2022

El Gobierno de Guillermo Lasso presupuestó colocaciones de bonos en el mercado internacional por USD 1.200 millones durante 2022. El Gobierno prevé emitir bonos en el mercado internacional para obtener financiamiento en el primer trimestre de 2022, en medio de condiciones que aún no son las mejores. Aunque el Ejecutivo no ha detallado el monto de esa emisión, el Presupuesto General del Estado prevé colocaciones por USD 1.200 millones durante 2022. Tras confirmarse la victoria de Guillermo Lasso en la segunda vuelta electoral, el riesgo país cayó de 1.169 puntos a 824 entre el 9 y 12 de abril de 2021. Ese indicador mide las probabilidades de un país en cumplir con el pago de su deuda soberana. Esa reducción de 345 puntos reflejó las expectativas del mercado internacional por un cambio de rumbo en la política económica del país. Un ejemplo de ello fue la caída de las tasas de rentabilidad de los bonos 2040, de 13,6% a 10,1%. Es decir, se abarató el costo de financiamiento para Ecuador. Pero desde entonces el riesgo país se ha estancado en alrededor de 800 puntos.

Evolución del riesgo país de Ecuador

El 7 de enero de 2022 el riesgo país se ubicó en 794 puntos. Por ello, si Ecuador emitiera bonos tendría que pagar una tasa de rentabilidad a los inversionistas por arriba del 10%, valor con el que actualmente se siguen negociando los papeles que vencen en 2040. Cualquier puntaje por encima de 400 puntos significa que un país tendrá acceso a crédito internacional, pero a tasas de interés altas y con plazos de pago más cortos. Además, Ecuador sigue siendo uno de los países con el riesgo país más alto de la región, luego de Venezuela y Argentina.

Riesgo país en la región

Corte al 7 de enero de 2021

Una mala calificación

La tasa de rentabilidad de Ecuador, en promedio, es alta también porque la deuda tiene una calificación de riesgo de B-, según la agencia internacional de calificación crediticia Fitch Ratings. Una calificación de B- indica un riesgo de incumplimiento elevado, pues aunque los compromisos financieros se cumplen, la capacidad de pago depende de un entorno económico estable, dice Fitch Ratings. Y no solo eso, sino que las tasas de rentabilidad que paga Ecuador a los tenedores de los papeles son más altas que otros países con calificación B-; entre ellos Cabo Verde, Gabón, Irak, Moldavia, Malí, Las Islas Maldivas o Nicaragua. Los bonos de esos países tienen una rentabilidad promedio del 8%, un 2% menos que Ecuador. Según Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas (UDLA), esa situación se debe a que Ecuador tiene un historial de pagos deficiente.

Colombia y México, mejor posicionados.

En el caso de países de la región, como Colombia y México, la tasa de rentabilidad de sus bonos es más baja porque tienen una mejor calificación de riesgo, de BB+ y BBB, respectivamente:

  • Colombia: Los bonos con vencimiento en 2037 tienen una tasa de rentabilidad para los inversionistas de 5,9%.
  • México: Los papeles que vencen en 2044 tienen una tasa de rentabilidad de 4,4%.

«Esto significa que Ecuador debe pagar más por intereses de sus bonos porque su calidad crediticia es más baja que otros países», explica Mosquera.

Las opciones de Ecuador

El exministro de Finanzas, Fidel Jaramillo, dice que para bajar el costo de financiamiento externo mediante bonos, el país debe buscar mecanismos para mejorar la calificación de riesgo. Para ello se deben realizar las siguientes acciones:

  • Garantías parciales de los organismos multilaterales para los bonos, con lo que se abarataría la rentabilidad de los papeles.
  • Análisis de la volatilidad de los mercados financieros para que la tasa de rentabilidad sea razonable.
  • Emisiones de bonos, pero con vencimientos a largo plazo, lo que ayudaría a estar cubiertos financieramente ante posibles aumentos en la tasa de rentabilidad.

Fuente: Primicias

 


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Fecha: 6 de enero 2022

En 2021 se gastó $ 500 millones más que en 2020; aunque la ejecución fue menor a lo programado por el propio Gobierno.

En el 2021, el Gobierno ha hecho esfuerzos para bajar su nivel de gasto, aunque la rígida estructura estatal no le ha facilitado la tarea.

De acuerdo con las cifras de la Ejecución presupuestaria, en 2020 el Gobierno tuvo gastos por $ 21.901 millones; mientras que en 2021 fue de $ 22.436 millones, es decir, $ 535 millones más que el año previo. Sin embargo, también hay otro grupo de cifras que analizar y es cuánto del presupuesto del 2021 se logró ejecutar. Al ver este tema se observa que el gobierno de Guillermo Lasso en 2021 había calculado tener gastos por $ 27.855 millones, pero al final solo ejecutó $ 26.787 millones, es decir, hubo un ajuste de al menos $ 1.000 millones de lo que el propio Gobierno había previsto.

De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal, las cifras revelan que el Gobierno tiene un problema de gasto corriente estructural, el cual difícilmente puede combatir. Por ejemplo, al comparar la ejecución presupuestaria del 2020 con la del 2021, los salarios continuaron al alza al pasar de $ 8.940 millones a $ 9.219 millones.

También se observa cómo en el tema de seguridad social (IESS; Issfa e Isspol) los montos asignados siguen siendo altos (y a pesar de ello insuficientes, según el IESS). La cifra asignada en 2020 para las tres entidades fue de $ 2.337 millones y en 2021 fue de $ 2.589 millones. Parte de estos rubros que se aumentaron, dice Carrera, fue destinada al Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol). Para el experto, este incremento de presupuesto significa que temas de corrupción que han sucedido con el caso Chérrez han empezado a pasar factura a toda la ciudadanía.

En un tema en el que se ve baja con respecto al 2020 es en el pago de intereses, pero esto no se debe necesariamente a un esfuerzo gubernamental, sino que es el resultado de la renegociación de la deuda de bonos que permitió que hubiera una baja de intereses por $ 1.054 millones. También se observa un incremento de recursos dirigidos a los gobiernos autónomos descentralizados (GAD), debido a una mejor recaudación tributaria y mejores ingresos petroleros, de acuerdo con la Ley. En cuanto a bienes y servicios se ve una baja, pues este rubro pasa de $ 1.688 millones en 2020 a $ 1.665 millones en 2021: una reducción de $ 23 millones. Así, Carrera sostiene que en esa ejecución presupuestaria se nota un juego de incrementos por un lado y reducciones por otro, que al final termina en un incremento del gasto. Admite que era muy difícil que el Gobierno bajara dicho gasto, ya que el 2020 fue un año de una contracción económica muy importante.

Por otro lado, Carrera comenta que la estructura actual de gasto no deja mucho espacio a la inversión.

En todo caso, agrega, el gasto en salud se ha incrementado por la compra de medicinas. También explica que el mayor gasto en bienes y servicios está en educación, salud, Policía, Fuerzas Armadas y en universidades. A esto se dedica el 70 % en bienes y servicios, dice.

El gasto es casi el mismo del 2020, pero el del 2020 fue bajo por efecto de la pandemia, la economía estaba paralizada, el sector público estaba paralizado, se gastó menos por las medidas de medio tiempo, y ese gasto comparado con el 2020 lo que representa en el futuro es que la referencia va a ser el 2021 y si en el 2022 ya se normaliza va a haber más demandas.

El problema del Gobierno es enfrentar cómo rebajar la masa salarial pública y cómo enfrentar dentro de esa estructura de gastos, que es limitada e inflexible, las demandas que van a existir, si se normaliza la educación.

Entre tanto, Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas, considera que si se compara con el 2020, efectivamente no ha habido una reducción del gasto, sino un incremento. Sin embargo, estima que el Gobierno debió funcionar por algunos meses con la proforma 2020 prorrogada, para que luego finalmente hacia los últimos meses del año la Asamblea aprobara la del 2021. En todo caso, hace hincapié en que hubo una reducción del gasto en la ejecución al comparar lo que había presupuestado gastar y lo que realmente gastó ($ 27.855 millones presupuestados y $ 26.787 millones ejecutados).

Explica además que en 2020 el nivel de gasto fue demasiado bajo debido a la pandemia, por lo que era ilógico pensar que se hubiera podido reducir el gasto con respecto a ese referente.

Tanto Carrera como Mosquera consideran que es importante lo que pasará de ahora en adelante. Por un lado, para Carrera, la demanda estatal que va a ir recuperándose por efecto de la normalización o de la reactivación económica podría requerir de más recursos, y será entonces cuando el Gobierno deba buscar controlar que este gasto no se le vaya de las manos.

A Mosquera, en cambio, le preocupa en los últimos datos de las cuentas nacionales la tasa de crecimiento de importaciones, que ha sido mayor al 20 %, cuando las exportaciones no crecieron. Esto generaría un problema en el equilibrio de la balanza de pagos, sostiene. (I)

Fuente: El Universo


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Fecha: 5 Enero 2022

La tasa de crecimiento del país fue superior a la esperada. Conozca por qué sucedió esto.

El Banco Central reveló cifras del Producto Interno Bruto (PIB) para el tercer trimestre del año 2021 que muestran una tasa de crecimiento superior a la esperada inicialmente por analistas locales.

El crecimiento observado en el gasto de los hogares, el gasto del gobierno y la inversión fueron parcialmente compensados por una contribución negativa de las exportaciones netas, con las importaciones creciendo a una tasa muy superior a las exportaciones. Si bien todo esto puede apuntar a mayores tasas de crecimiento en el 2021, las perspectivas de crecimiento para el año 2022 son ahora menores a causa de un sector externo mucho más débil.

El reporte de cuentas nacionales emitido por el BCE muestra que la economía ecuatoriana creció 5,6% en el tercer trimestre del año 2021 medido en términos anuales, con una expansión anual acumulada del 4,4% durante los primeros nueve meses del año anterior. Cifras mensuales para el cuarto trimestre, incluyendo la recaudación tributaria, que sugieren que la economía efectivamente tuvo una recuperación más rápida de la esperada inicialmente, y que seguramente pudo ser mayor si no hubiesen ocurrido los problemas en el sector petrolero el pasado diciembre.

Desde el lado de la demanda, llama la atención el crecimiento del 11% anual observado en el gasto de los hogares durante el tercer trimestre, lo que sumado a un crecimiento anual del 14,8% en el trimestre precedente auguran una expansión cercana a dos dígitos para el 2021, un año con una tímida mejora en el mercado laboral, pero con sólida recuperación de la confianza de los consumidores.

La inversión también tuvo un mejor desempeño, con tasa de crecimiento anual cercana al 8% por segundo trimestre consecutivo luego de 10 trimestres previos con contracciones anuales. El gasto del gobierno creció 3,3% anual, lo que muestra cierto espacio adicional obtenido por el gobierno luego de la renegociación del Programa de Facilidad Extendida con el Fondo Monetario Internacional en septiembre 2021.

El sector externo muestra nuevamente cierta fragilidad, causado por una ligera contracción anual en las exportaciones en el tercer trimestre del 2021 y una tasa de crecimiento de las importaciones que superó el 22% en términos anuales. De hecho, el mal desempeño del sector externo impidió al país que alcance tasas de crecimiento del PIB mucho mayores.

Una situación similar se espera para el cuarto trimestre del 2021 por la reducción de las exportaciones petroleras y un aumento de las importaciones de derivados de petróleo. Más pronto que tarde veremos que los superávits de cuenta corriente observados desde 2019 se transforman en déficits crecientes que se deberán financiar.

  • El autor es Decano de la Escuela de Negocios de la UDLA.

Fuente: Criterios Digital


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Fecha: 3 enero 2022

A pesar de la grave contracción que sufrió el Ecuador en el año 2020 a causa de la pandemia, con una caída del 7.8% del PIB, el año 2021 cerró con una tasa de recuperación cercana al 3%. Frente a otras economías es una recuperación tímida. Sin embargo, es bastante buena considerando las limitaciones que enfrenta el Ecuador.

Cuando un país sufre un shock externo las autoridades suelen permitir que la depreciación de la moneda sea el primer amortiguador de la economía, y en simultáneo se implementan medidas monetarias y fiscales contracíclicas. El Ecuador carece de esas herramientas por el esquema de dolarización y por el limitado espacio fiscal disponible. En ausencia de flexibilidad salarial, la variable de ajustes fue el nivel de empleo, con el resultante aumento del desempleo y subempleo.

Gracias al exitoso programa de vacunación la economía del Ecuador inició su recuperación en 2021 apuntalado por el gasto de los hogares. Sin embargo, de cara al futuro será muy difícil generar tasas de crecimiento más altas en base al gasto privado pues la generación de empleo sigue muy limitada, los salarios continúan a la baja y por si fuera poco, la renta disponible de los trabajadores formales caerá por un mayor impuesto a la renta.

El gobierno del presidente Guillermo Lasso está consciente del desafío que enfrenta para mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos, y sabe que ello depende de la inversión privada.

Bajo el eslogan “más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador” se han hecho esfuerzos para persuadir a inversionistas locales y extranjeros que el país en un lugar atractivo para hacer negocios. La mejor evidencia vino con el evento “Ecuador Open for Business”, el más grande en la historia, que atrajo a centenas de inversionistas a escuchar de primera mano sus bondades.

La coyuntura internacional es favorable al país. Es uno de los pocos en la región donde hay una administración con una agenda proempresa y con un período presidencial que apenas empieza. En Perú el ambiente de negocios se enrareció en 2021, y la incertidumbre electoral en Colombia y en Chile ha llevado a inversionistas extranjeros a pensar nuevamente en Ecuador, atraídos por el tipo de cambio fijo, estabilidad económica, potencial de diversificación de riesgo y precios de activos relativamente bajos.

El año 2022 es fundamental, no solo para Guillermo Lasso sino para el futuro del país. Si en el año que empieza se materializan iniciativas de inversión puede comenzar el circulo virtuoso que incluso permitiría que un nuevo gobierno proempresa sea elegido en 2025, consolidando los logros alcanzados hasta ese momento.

Sin embargo, un año 2022 sin un aumento importante de inversión complicaría la segunda mitad del mandato actual, y puede terminar en un giro a la izquierda en las próximas elecciones. Vale la pena recordar a los empresarios que varios tenían ya sus maletas empacadas en marzo de 2021, listos para emigrar en busca de prados más verdes, antes de desempacarlas al ver con alegría los resultados electorales. Si no quieren empacar nuevamente en 2025, más vale arrimar el hombro y hacer país.

SANTIAGO MOSQUERA es decano de la escuela de Negocios de la UDLA desde agosto de 2021. Entre 2014 y 2021 fue profesor y director del USFQ Business School. Entre 2011 y 2014 se desempeñó como director de Riesgo Soberano para América Latina en Fitch  Ratings, basado en Nueva York. Previo a Fitch, Santiago fue economista sénior para Latam en IHS Global Insight.

Fuente: América Economía – Opinión