2019 diciembre

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El Banco del Afiliado (Biess) es uno de los grandes tenedores de bonos del Estado. El monto invertido en estos papeles fue creciendo de forma significativa desde el 2011. Según datos publicados en la página web del Banco, la entidad tenía en ese año USD 3 035 millones en esas inversiones. El valor creció sostenidamente hasta el 2016, cuando llegó a 7 745,74 millones. Desde entonces bajó ligeramente,aunque al2018, último dato disponible, el Biess aún mantenía 7 382,01 millones con el Estado. Parte de esos papeles, que están por vencer, continuarán en manos de la entidad por un mayor tiempo. El 31 de octubre pasado el viceministro de Finanzas, Fabián Carrillo, dijo que en el 2020 se renovarían varios tramos de deuda interna, incluida aquella con el IESS, “en mejores condiciones de plazo y tasas de interés”. Además, el funcionario aseguró que lo que está previsto que venza es fundamentalmente bonos. Finanzas emitió la semana pasada USD 1 936 millones en el mercado local. Este Diario consultó este 2 de diciembre del 2019 al Biess si participará como comprador de los bonos internos, con los que el Gobierno busca renovar las obligaciones que mantiene actualmente, y que están próximas a vencer, con actores públicos y privados. La entidad tramita el pedido de información de este medio. Sin embargo, el propio Ministerio de Finanzas mencionó que “las entidades tenedoras de títulos, como la seguridad social, llegado el vencimiento demandan la renovación de su inversión”. Esta estrategia de financiamiento se conoce en el mercado como ‘roll­over’. Según el Viceministro de Finanzas, este tipo de operaciones no implica una variación en el ‘stock’ de deuda interna del país; es decir, de un incremento en las obligaciones que mantiene el Fisco. La emisión fue notificada por la Cartera de Finanzas a las Bolsas de Valores de Quito y de Guayaquil, el 28 de noviembre pasado. En ese documento se señala que los papeles emitidos tienen un vencimiento de hasta 20 años. Hasta la mañana de este lunes no se registró ninguna negociación, confirmó Fernando Simó, presidente de la Asociación de Casas de Valores del Ecuador (Asocaval). El apetito por estos títulos dependerá de la tasa de rendimiento que el Estado ofrezca por ellos. El interés se conocerá el día en que se haga cada colocación de papeles. “Estamos con un riesgo país superior a los 1 000 puntos, eso hará que el inversionista castigue el valor (del bono) de manera importante. También dependerá del plazo”, comentó Simó. Dado ese contexto, el directivo de Asocaval estima que el descuento por los bonos rondaría entre el 8 al 10%. Para Ramiro Crespo, director de Analytica Invest­ments, es una pena que el Biess no invierta más bien en bonos externos en circunstancias como las actuales, donde el riesgo país ha subido y, con ello, las tasas. En lugar de eso, dice que el banco del afiliado tiene que “financiar al Fisco con tasas del 5 al 7%, al tener que adquirir papeles del mercado interno”. Crespo destaca como positivo que la reciente emisión se hizo bajo estándares internacionales, con lo cual será más fácil comprar y vender esas obligaciones, a mejores precios, a inversionistas nacionales e internacionales. Patricia Borja, especialista en seguridad social, sostiene que este tipo de operaciones financieras demuestran que el Estado mantiene como una especie de “caja chica” a la seguridad social. Más allá de las inversiones a través de la Bolsa, recordó que el Gobierno arrastra una serie de obligaciones con el IESS que están pendientes de pago, como el pago de las atenciones médicas para jubilados de la entidad. “Es algo irresponsable (la renovación de papeles), tomando en cuenta la situación por la que atraviesan el fondo de pensiones y el de salud. Realizar una nueva inversión sería muy riesgoso, porque ‘no se pueden colocar todos los huevos en una misma canasta’. El Biess no debe continuar dependiendo de un solo agente, en este caso el Estado, porque ya es su mayor deudor”, acotó la especialista. Para el 2019, el Gobierno presupuestó las necesidades de financiamiento en USD 8 919 millones; sin embargo, la cifra fue actualizada en USD 10 083 millones. De ese monto, ya se han conseguido USD 9 246 millones, lo que quiere decir que faltan por obtener alrededor de 837 millones. Finanzas está a la espera de dos desembolsos del FMI.

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A puertas de que finalice el año, y a la espera de nuevos desem­bolsos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la nueva emisión de bonos de deuda interna por USD 1 936 millones, el Ministerio de Finanzas busca renovar títulos cuyo vencimiento está próximo. La operación es cuestionada por analistas consultados, quienes señalan que la estrategia del Gobierno, si bien ayuda a cubrir las necesidades de financiamiento a corto y mediano plazos, en la práctica evidencia que el país sigue sosteniéndose con deuda, más no con un crecimiento real de la economía. La emisión de bonos fue notificada por el Ministerio a las Bolsas de Valores de Quito y de Guayaquil, el pasado 28 de noviembre del 2019. Los recursos financiarán parcialmente programas para este y el próximo. Se autorizó que la emisión pudiera inscribirse por tramos hasta completar el monto total. “Las características se definirán para cada colocación, en virtud de las necesidades fiscales y condiciones del mercado, entre emisor y comprador”, reza el oficio. El plazo máximo de los bonos será de 20 años. Las tasas de interés serán especificadas en “la Curva de Rendimiento aprobada por el Comité de Deuda y Financiamiento”, Finanzas explicó que las colocaciones se harán, principalmente, en función de los vencimientos de inversiones pertenecientes a entidades públicas y privadas. “Por su naturaleza, las entidades tenedoras de títulos, como la seguridad social, llegado el vencimiento demandan la renovación de su inversión”. Esta estrategia de financiamiento se conoce como ‘roll­over’. El pasado 31 de octubre, durante una conferencia sobre la Proforma presupuestaria del 2020, el viceministro de Finanzas, Fabián Carrillo, dijo que se optaría por este mecanismo el próximo año. Según Carrillo, no implica una variación en el ‘stock’ de deuda interna. Además, aseguró que lo que está previsto que venza, fundamentalmente bonos, “serán renovados en mejores condiciones de plazo y tasas de interés”. Para el 2019, el Gobierno presupuestó las necesidades de financiamiento en USD 8 919 millones; sin embargo, la cifra fue actualizada en USD 10 083 millones. De ese monto, hasta el momento ya se han conseguido USD 9 246 millones, lo que quiere decir que faltan por obtener alrededor de USD 837 millones. Ángel Maridueña, analista económico, sostiene que la nueva emisión de bonos de deuda interna ayudaría a cubrir la cantidad de financiamiento pendiente de este año y parte de las necesidades previstas para 2020 que, según la Proforma presupuestaria, ascienden a USD 6 665 millones, de los cuales USD 1 955 son deuda interna. No obstante, Maridueña insiste en que esto no contribuye a mejorar la situación económica del país, puesto que el empleo sigue en deterioro y las perspectivas de crecimiento son poco alentadoras. Con ese criterio coinciden Gonzalo Paredes, catedrático de la Universidad Católica de Guayaquil, y Marco Flores, vocero del Foro de Economía y Finanzas Públicas. Paredes y Flores observan la emisión anunciada como una “medida desesperada” por parte del Gobierno, por conseguir recursos para responder a las obligaciones que se aproximan en diciembre. Si bien la renovación puede significar una suerte de oxígeno para el Estado, en la práctica la deuda pública sigue abultada y no resuelve el problema de fondo, que es mejorar el aparato productivo, comentaron los analistas. Agregan que el indicador de riesgo país actualmente continúa sobre los 1 000 puntos y eso encarecería una emisión en el mercado internacional. Desde otra orilla, Ramiro Crespo, director de Analytica Investments, señala que la acción de Finanzas es adecuada. “Se está refinanciando deuda interna que debe tener con el IESS, para no hacer los pagos sino extender los plazos. Hay que entender que el Gobierno está en una situación difícil. Con las protestas (de octubre) y las demoras de la Asamblea en aprobar (la reforma tributaria) seguramente se complica el mercado externo”.

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